68. "Viaje sin destino"
La verdad es que las semanas siempre comienzan igual, con un poquito de cansancio y con ganas de que acaben, menos mal que esta tiene menos días que ninguna otra, de lunes a miércoles. Ya no tenemos razón para quejarnos, esta semana es como nos gustan…
Pero como siempre suele joderte el comienzo semanal con noticias que marcan a uno y lo peor de todo es que no se ve que tengan mucha solución.
“Mueren 16 inmigrantes en dos naufragios en las regiones italianas de Calabria y Catania”. Titulares como estén hacen que uno se replantee la vida de otra manera. En España por desgracia día si y día también convivimos con noticias como esta que me hacen pensar por qué nadie pone remedio.
El otro día veíamos la imagen de aquella persona que rescataron solo en un barco con los cadáveres de sus compañeros, con los que quedaban. Otros fueron cayendo por la borda por el trayecto ¡que triste final!
¿Cuántos habrán dejado su vida en el estrecho? ¿Cuántas familias pensarán que sus hijos, maridos o padres están en una vida mejor y no conocen la realidad de las cosas? Familias esperando cartas o llamadas que nunca llegarán, ¿quién les llamará? Entre lágrimas esperan respuestas y muchas de ellas pagarán con dinero y trabajo la deuda contraída por sus familias para poder realizar ese viaje que nunca llegará a buen puerto.
Creo que nuestros queridos políticos no hacen nada por evitar estas invasiones en pateras que día tras día vemos en los telediarios.
¿Pero hay solución? Pues sinceramente no lo sé, pero creo que alguien debería explicar en aquellos países de África, que lo que les espera aquí no es mucho mejor que lo que allí tienen. Dormir en la calle, en la clandestinidad, bajo falsos techos, con pocos recursos, la mayoría de las veces sin nada que llevarse a la boca, sin un trabajo digno, explotados por aquellos que no entienden lo que necesitan, que lo único que hacen es aprovecharse de la mano barata que a ellos hace ricos euro a euro que recortan de sus gastos, alguno se lo pensaría dos veces antes de arriesgar su vida en la mar en un viaje con billete de ida, pero seguramente no de vuelta.
Sin duda este mundo debería ser mejor. Enseñarles que en sus países si fueran gobernados por gente capacitada para sacarlos a adelante y no por dictadores que aprovechan para enriquecerse a costa de su pueblo. Enseñándoles a cultivar sus tierras que les darían de comer hoy, mañana y pasado. Seguramente así el mundo sería un poquito mejor.
"Aquí mi pequeño homenaje a aquellos que se juegan la vida en el mar pensando que el cielo está al otro lado del estrecho".
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