34. De infarto...
Menudo fin de semana de infarto, yo creo que si he salido de esta con el corazón sano ya no me puede pasar nada, porque mira que he tenido momentos donde lo tenía fuera de mi cuerpo a punto de estallar.
El sábado para morirse, mi Madrid en la cuerda floja y con un Barça que por minutos se veía campeón de liga, y en 18 segundos cambió la historia, parecía que el trauma madridista de Tenerife se podía repetir con una semana de adelanto, pero ¡zas…! Llegó Tamudo e hizo enmudecer el estadio catalán, sobre todo porque segundos antes había oído que “Van gol”... había hecho de las suyas en Zaragoza.
Todos a correr, unos de alegría y otros de tristeza, si no que se lo digan al presidente Laporta, tío que no soporto por su risita medio contenida que el sábado no podía aguantar mientras hacía palmaditas con sus vecinos del palco.
Al final tuvo que joderse y tragarse sus risas, aunque todavía tiene una oportunidad el próximo domingo, porque además el Madrid tiene un presidente que parece un poco tonto, si no que pinta dando una vuelta a la Romareda como si se hubiera ganado ya la liga.
¿Pero que se ha creído? Cada vez que abre la boca la caga y ha conseguido que un equipo como el Mallorca venga más enchufado que nunca, como si no tuvieran bastante con los maletines que le van a llegar desde Barcelona. Este fin de semana se pueden forrar e irse para la isla con algunos “kilos” de más…
Por no hablar del Madrid y el Tau de basket, más emoción imposible, uno porque es mi equipo y el otro porque le tiene que ganar a los blaugranas del balonceto, para que yo pueda seguir gozando de las desgracias ajenas.
Y Nadal, que máquina está hecho este chaval, es un fiera por tercer año consecutivo en la tierra parisina. Los franceses están que trinan, porque cuando se trata de un epañol les jode más todavía, problemas de chovinismo que padeceden al otro lado de los pirineos.
La única pega a un fin de semana fantástico la puso Alonso en Montreal, pero no siempre se puede ganar y mucho menos estar al cien por cien, pero seguro que dentro de poco lo tenemos otra vez en el podio.
Aunque debo reconocer que mi gozo particular del fin de semana fue ver como unos 1000 cartageneros volvían a casa calladitos y en fila como en años anteriores, ¡si es que somos su “coco”!
Yo este año ya me doy por contento, pues para decir la verdad tenía poca fe después de cómo habíamos acabado la liga, pero no hay nada como ganarle a nuestros vecinos por la vía rápida, con sufrimiento todo hay que decirlo, para volver a ver a mi equipo posible campeón de liga.
Ahora nos queda el escollo más difícil, nuestro eterno rival, que ese si que es nuestro “coco” particular, Interviú… pero como rezando me ha ido bien, supongo que me tocará seguir haciéndolo hasta el final de la liga.
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