48. Madrileños a la playa
De vuelta a la semana y con pocas fuerzas, menos mal que las vacaciones quedan cerca y enseguida me vengo a la playita a descansar como todos los madrileños cuando llegan estas fechas.
Que gracia me hace ver a todos los capitalinos con el coche a reventar camino de la playa.
Se suelen llevar la casa a cuesta para pasar el mes en la costa del mar menor, esos son los peores visitantes, ¡cómo no tienen playa!
Para ellos ver la arena es un símbolo de alegría, es como si yo estuviera delante de la Torre Eiffel con la boca abierta,
“Venga chicos, mañana comienzan las vacaciones estivales y nos vamos a la casita de La Ribera” y entonces comienza el show del traslado.
El niño, la niña, el perro, las maletas con la ropa, las bicicletas para el paseo, los manguitos para el nene, la barca de plástico, el cubo y la pala para jugar en la arena ¿es que no las pueden comprar aquí..? No hace falta ir cargados todo el camino como si fueran los marroquíes que vuelven a casa, pero eso es otra historia.
Debe ser una locura plantearse las vacaciones, aunque a decir verdad eso pasa igual en las casas de los murcianos, tenemos nuestra residencia de veraneo a 50 km y también nos lo llevamos todo, como si no fuéramos a volver en 2 meses, ¡qué locura es ir a la playa!
Los madrileños cuando deciden peregrinar, parece que se ponen todos de acuerdo porque lo hacen todos a la vez, a la misma hora deciden irse a la playa y luego se encuentran las retenciones kilométricas, ¿es que no se pueden perder ni un día de vacaciones?
Comienzan el verano con el mismo estrés que llevan todo el año a cuestas, ¡pues que ganas tienen! Yo si fuera ellos me esperaba unos días y comenzaba tranquilamente mi descanso, no pasa nada porque el chiquillo esté con sus medusas murcianas un día menos.
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