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Puntatarima

52. El circo del Tour

El ciclismo y el Tour parecen más un circo que otra cosa. Todos los días salpicados por un escándalo.

Desde hace unos años para acá hablar de este deporte es hablar de doping, de ciclistas tramposos, de médicos corruptos y de directores de equipos ambiciosos que con tal de estar ahí ganando dinero han hecho lo que han querido con los pobres deportistas.

Yo siempre he pensado que es difícil aguantar,  y a ese ritmo tan rápido, tres semanas de competición, así que no es de extrañar que salgan antiguas leyendas confesando sus trampas, pero me hace gracia contemplar como franceses y alemanes hacen de esta causa algo ajeno a ellos.

El otro día y tras conocer lo de Vinokurov este grupo de corredores se plantan en la salida como si ellos fueran los únicos limpios y un ratico después el Cofidis se marcha a casa porque un corredor suyo iba dopado y ¿entonces qué? ¿ahora no hacen la pantomima en la salida? Yo si fuera ciclista español me hubiese plantado para que silbaran a los equipos franceses.

Es vergonzoso ver la desunión de un colectivo que al no ver recompensados sus esfuerzos como se merecen, son incapaces de ponerse de acuerdo y seguir el mismo camino para hacer de este deporte el mejor del mundo.

Los tratan como delincuentes comunes, son arrestados y registrados y pasan la noche en comisaría, ¡es una locura! Son tramposos pero no asesinos.

Aunque también podemos decir que los grandes luchadores, como ellos mismos quieren hacer ver al mundo, que son los directores del Tour contribuyen poco a ayudar a aclarar todo esto.

Se ocupan de organizar una gran vuelta y les meten etapones de 230 Km o de 218 Km con cinco puertos de montaña durísimos, pues si quieren que lo hagan rápido y dando emoción no les pidas que vayan limpios, es inhumano este tipo de esfuerzos.

Así que como  he pensado siempre, quién esté libre de pecado que tire la primera piedra. Mientras tanto y si no salta la sorpresa, esperemos que este joven español de 24 años, Alberto Contador, pueda enfundarse el malliot amarillo en París.

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